La grafomotricidad hace referencia al movimiento que debe hacer la mano para cumplir con determinada actividad, es decir, el movimiento que el niño hace cuando escribe o dibuja.
El desarrollo de la grafomotricidad es un aspecto básico de la psicomotricidad infantil y por eso es necesario potenciarla desde una edad temprana. Con este ejercicio se busca mejorar la armonía tónica, la direccionalidad, la segmentación, etc.
Los niños y niñas de 3 años han comenzado practicando el trazo libre, que les permite comprender y dominar el espacio y adquirir soltura con distintas técnicas (dedos, rotuladores, ceras, pinceles…). Después, hemos introducido el trazo vertical y circular, aprovechando diversos espacios y formatos: pared, PDI, papel continuo, bandejas con pan rallado, pizarras, hoja…