Cuando tenemos psicomotricidad y hace bueno nos encanta aprovechar para hacerla en el patio.
Lo pasamos estupendamente saltando de unos aros a otros con los pies juntos, haciendo carreras a la pata coja, corriendo, montando en triciclo, llevándonos unos a otros con el carretillo, intentando «bailar el hula hoop»…
De esta forma, además de poder estar al aire libre y tomar un poquito el sol, trabajamos la motricidad gruesa de diferentes formas.