Desde que los niños y niñas entran en el colegio, el nombre propio adquiere importancia, encontrándolo escrito en muchos espacios del aula: perchero, bata, hojas de trabajo, casillero… Por ello se van familiarizando con su nombre, conecta con sus intereses y reconocerlo les permitirá resolver situaciones funcionales: encontrar su perchero, su casillero.
Presentamos un abecedario. ¿Alguien sabe qué es esto? ¿Cómo se llama? ¿Son letras o números? Buscamos las respuestas y los conocimientos previos que tienen.
Vamos nombrando cada letra. «Esta la tengo en mi nombre», «esta la tiene mi hermano»…
Luego, con la tarjeta de su nombre en la mano (y su fotografía), vemos cómo hay que leerlo, la direccionalidad, y nos fijamos en la primera letra. Ya identificada, cada uno coloca un tapón sobre su letra, en el abecedario.
¿Quiénes tienen su primera letra igual? ¿En qué letra/s hay más tapones?.
Por último, contamos el número de letras que tiene cada nombre y clasificamos todos en función de si son largos o cortos.